LA NIÑA GORDA
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Ya han pasado muchos años , y aquella gordita criatura perdura aún en mi memoria , y tan bello recuerdo me ha dejado .
Siempre me hubiese gustado volver a ver a la niña gorda .
Es algo que se me ha quedado grabado para siempre, es como una fotografía que perdura fija en la retina .
La conocí en uno de mis primeros viajes hacía mi Asturias querida .
Había sido un viaje de noche en duerme-vela , y ya de madrugada me asomé a la ventanilla , y todos decían que era La Pola .
Olía al verdín de la hierba y el helecho , olía a aire fresco .
Habíamos dejado atrás Pajares , y yo iba muy contento .
Allí en el anden ¡ Corría la Primavera !
Había una hermosa niña rubía de ojos azules , con las mejillas igual que las manzanas.
¿ Qué haría la nena en la estación ?
Una criatura de seis o siete años , que llega delante de la ventanilla , y me da los buenos días con un acento que ya me resultaba familiar .
- Me dice - sin yo articular palabra - Esto " yes Asturies ", que me obliga a preguntar .
¿ Y tu quien yes ? Yo soy de La Pola me contesta .
Y empieza a decirme adiós con la mano , y con los labios a tirarme besos.
Quedé tan encantado de mi despertar verde y oloroso , de aquella criatura angelical que tenía delante como un sueño , que de nada me acordaba ya del humo de la máquina que me había atormentado en la madrugada .
Seguía saludándome , seguía enviándome sonoros besos , y yo le decía - no me digas adiós , si aún el tren no se va , y ella añadía con esa risa , y es hablar de nunca-miente ,
aquí para poco .
¿ Que haría allí la niña gorda ? Aquella niña que una madrugada llenó hasta el borde mis alforjas de poeta , y no tuve más remedio que repetir los besos , aquellos besos que es posible que quedaran entre penas , pues quizá esperaba unos caramelos , o una moneda para comprarlos , y yo, torpe ,no entendí ante el encanto de la niña .
¡ Niña gorda !
Tantas y tantas veces a lo largo de mi vida , en visita a mi Asturias he pasado por La Pola , y lo de la niña no se olvida , y los besos , los colores de su cara , su acento de buena paisanina , y miro cuendo el tren llega , y siento pena cuando su camino toma, por no verte en la estación .
¡ Niña gorda ! ¡ Niña gorda !
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Ya han pasado muchos años , y aquella gordita criatura perdura aún en mi memoria , y tan bello recuerdo me ha dejado .
Siempre me hubiese gustado volver a ver a la niña gorda .
Es algo que se me ha quedado grabado para siempre, es como una fotografía que perdura fija en la retina .
La conocí en uno de mis primeros viajes hacía mi Asturias querida .
Había sido un viaje de noche en duerme-vela , y ya de madrugada me asomé a la ventanilla , y todos decían que era La Pola .
Olía al verdín de la hierba y el helecho , olía a aire fresco .
Habíamos dejado atrás Pajares , y yo iba muy contento .
Allí en el anden ¡ Corría la Primavera !
Había una hermosa niña rubía de ojos azules , con las mejillas igual que las manzanas.
¿ Qué haría la nena en la estación ?
Una criatura de seis o siete años , que llega delante de la ventanilla , y me da los buenos días con un acento que ya me resultaba familiar .
- Me dice - sin yo articular palabra - Esto " yes Asturies ", que me obliga a preguntar .
¿ Y tu quien yes ? Yo soy de La Pola me contesta .
Y empieza a decirme adiós con la mano , y con los labios a tirarme besos.
Quedé tan encantado de mi despertar verde y oloroso , de aquella criatura angelical que tenía delante como un sueño , que de nada me acordaba ya del humo de la máquina que me había atormentado en la madrugada .
Seguía saludándome , seguía enviándome sonoros besos , y yo le decía - no me digas adiós , si aún el tren no se va , y ella añadía con esa risa , y es hablar de nunca-miente ,
aquí para poco .
¿ Que haría allí la niña gorda ? Aquella niña que una madrugada llenó hasta el borde mis alforjas de poeta , y no tuve más remedio que repetir los besos , aquellos besos que es posible que quedaran entre penas , pues quizá esperaba unos caramelos , o una moneda para comprarlos , y yo, torpe ,no entendí ante el encanto de la niña .
¡ Niña gorda !
Tantas y tantas veces a lo largo de mi vida , en visita a mi Asturias he pasado por La Pola , y lo de la niña no se olvida , y los besos , los colores de su cara , su acento de buena paisanina , y miro cuendo el tren llega , y siento pena cuando su camino toma, por no verte en la estación .
¡ Niña gorda ! ¡ Niña gorda !
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